En México, así como resto de Latinoamérica, los consumidores de nivel socioeconómico C, D y E, conocidos como “consumidores de la base de la pirámide”, continúan haciendo las compras de abarrotes y productos de la canasta básica en tiendas y misceláneas, también conocidas como “changarros”. Esto significa que cerca de 420 millones de personas en la región acuden, mínimo una vez por semana, a realizar sus compras en estos establecimientos.
En este escenario, empresas como Bimbo, Coca-Cola y Sabritas, por mencionar algunas, se enfrentan a retos al surtir sus productos, como son los altos costos de logística o el desconocimiento de las necesidades de cada “changarro”, por lo que en muchas ocasiones “fallan” en abastecer los productos que su cliente final requiere.